por Nicoa Rios Chaves

Desde mi incorporación a la Asociación Chilena de Cinematografía en 2022, surgió la inquietud de integrarme activamente en alguna de sus comisiones. En el 2023, año en el que se cumplieron 50 años del golpe de estado en Chile de 1973, como miembro activo de la Comisión de la Memoria fui invitado a desarrollar un proyecto que contara a manera de testimonio, la historia de los hijos, hijas, nietos y nietas, de algunas de las personas que pidieron asilo en Costa Rica a raíz de lo que estaba sucediendo en el país suramericano.

Siendo hijo de un chileno exiliado y madre costarricense, me acerque a este tema buscando, la huella que nos dejó el exilio de nuestras familiares. Entender que salir de su país de origen como única opción para resguardar su vida y la de sus seres queridos, es difícil de asimilar en una Costa Rica pacifista y sin ejército.

 

 

Nuestra Memoria es un cortometraje documental que surgió de la necesidad de compartir con los hijos, hijas, nietas y nietos de exiliados chilenos en Costa Rica, para intercambiar una serie de experiencias que han marcado nuestras vidas desde la niñez. Conversar en torno a una realidad que ha estado presente en nuestros hogares, por un lado, para unificarnos más y por otro lado para sembrar una amargura, que siempre ha estado ahí como parte de nuestra historia. Como uno más de los entrevistados, contar una pequeña parte de mi historia, es algo que me enorgullece mucho y estoy seguro de que a mis padres, que ya partieron de este mundo, también. Acercarme a los entrevistados y escuchar cada una de sus historias, analizar esa reflexión a la que han llegado el día de hoy, a más de 50 años del golpe de estado, ha sido una gran lección de vida y es el eje central de este proyecto.

Entender desde donde nos enfrentamos a estos traumas trans generacionales, de cómo tener siempre a Chile en la casa, para los buenos y malos recuerdos, ha sido parte de nuestras vidas, dejado una huella única y esos relatos son los que estructuran este proyecto.

 

 

El día de hoy, gracias a la Asociación Chilena de Cinematografía (ACC) a la cual tengo el orgullo de pertenecer, con el apoyo Comisión de la Memoria y la Comisión de Comunicación, este pequeño proyecto ve la luz. Es un proyecto realizado desde el cariño, desde la nostalgia pero fundamentalmente desde el amor que todos le tenemos a Chile, apoyados desde la misma consigna: “Ni Perdón, ni Olvido”

Pese a todos los contratiempos y a ser un proyecto totalmente auto gestionado, esta es una oportunidad para dar a conocer lo que nos ha tocado vivir como hijos, hijas, nietos y nietas de exiliados chilenos que migraron a Costa Rica en busca de un futuro mejor.