Francisco Bermejo, Premio Héctor Ríos 2020, exploró la cultura popular con series fotográficas como “Circo Hoy” y “A la Chilena”. Hace unos 8 años llegó buceando al lugar donde conoció a Oscar, personaje inolvidable de “El Otro”. Ahí inició un viaje que culmina o comienza con su ópera prima estrenada en plena pandemia y ganadora de varios premios en festivales. “El Otro” es una retrato en el que se reflejan las dualidades. El personaje se revela como un creador innato que también construye la película. El oficio en foto fija y la búsqueda constante en la cultura popular invisible, le dan una mirada singular a la película con un personaje imposible de definir sólo con palabras.
Inicios
Bermejo cuenta sus inicios en el mundo audiovisual, «por el año 1992 comencé a trabajar en Filmocentro cine como asistente de producción, en el equipo del director Jaime Capó y luego en el de Ricardo Larraín. En esa época nos pasaban una Nikon análoga para locacionar, buscar y fotografiar utilería, además de registrar el rodaje. Paralelamente husmeaba en el estudio aledaño de Jaime O’Ryan e interrogaba a sus asistentes sobre los aspectos técnicos. Luego cuando pude juntar el dinero me compré mi propia Nikon FM2».
Has explorado la foto fija y la imagen en movimiento ¿Con cuál de las dos te sientes más cómodo, más libre, más creativo?
Luego de mi trabajo como asistente de producción, pasé por la Escuela De Cine de Chile en el año 1995. Ese mismo año realicé mi primer corto ficción (cine 16mm blanco y negro) llamado “El Peón del Rey”. Fue un trabajo que requirió mucha ayuda de compañeros, profesores y mi amigo Cristian Ureta quien fue co-guionista y asistente de dirección. Además, Antonio Quercia hizo la foto (premio Paoa mejor fotografía en el festival de cine de Viña 1995) y yo hice cámara asistido por Rafael Millán. Todo esto significó un sin fin de favores, buenas voluntades y un gran equipo, pero de inmediato entendí que prefería trabajar solitario en la conformación de mis ideas, intuiciones y caprichos. Para esto, la fotografía fija fue, y es hasta el día de hoy, mi herramienta principal.
¿Cuáles han sido tus fuentes para nutrirte en la construcción de las imágenes? De dónde vienen?
Creo que la búsqueda de un estilo propio o una mirada particular radican principalmente en la cantidad de referentes que consciente o inconscientemente van llenando y depositando en uno las formas y significados necesarios para construir un relato en particular y propio.
Si tuviera que nombrar mis referentes más cercanos comenzaría por August Sander, Martín Chambi, Sergio Larraín, Juan Manuel Castro Prieto, Graciela Iturbide, Flor Garduño, Joakim Eskildsen, Cristina García Rodero en la fotografía por intensidad, temáticas y lo directo de sus retratos.
Con respecto al uso y comprensión de las luces y sombras, creo que el maestro, como artista visual, es Caravaggio. La música también ha sido una gran fuente de inspiración, y me gusta un amplio rango de la misma, desde la solemnidad de Bach, que, por ejemplo, es capaz de componer piezas de profunda emotividad y una complejidad inconmensurables, solo con un cello, o el folklore Latinoamericano, que con su pulso, métrica y letras son capaces de narrar la historia completa de un pueblo. Eso me motiva muchísimo. También, sin ser un gran lector, tengo referente en la literatura, tales como Jorge Teillier, José Saramago, Claudio Bertoni, Octavio Paz, entre otros, que abordan temas que me interesan. Y por supuesto, tengo grandes referentes en el cine, entre quienes destaco a Carlos Saura, Bille August, Wang Bing o Krzysztof Kieslowski, entre muchos más. Su manera de contar historias, y de resolverlas cinematográficamente han sido fundamentales en mi acercamiento íntimo a la imagen en movimiento.
¿Cuál ha sido el trabajo fotográfico en el que te has sentido más realizado?
Por el momento me tiene muy contento mi serie en proceso sobre el circo chileno, “Circo Hoy”. Llevo 10 años fotografiando y conociendo a esa enorme familia y me parece un registro certero y más maduro.
El Otro
Bermejo cuenta cómo conoció a Oscar personaje de “El Otro”: “por azar llegué buceando y arrancando del mal tiempo a la bahía en donde él vive. Ese día me ayudó a salir del mar. Lo conocí y de inmediato supe que ahí había algo que contar”. Ahí partió “una relación de mucho cariño y respeto, creo que la clave para poder abordarlo tanto tiempo, fue nuestro lenguaje y fascinación en común por el mar y la contemplación. Tuve la oportunidad, sólo hace algunas semanas de llevarle la película terminada, la pandemia no lo permitió antes. Su reacción fue divertida y profunda a la vez, mencionó que todo era muy fidedigno, que ese lugar es tal y cual se muestra. Lo divertido fue que extrañó varias de las cosas que ahí aparecen: ya no tenía algunas de sus ropas y libros. A la pregunta de cómo se sintió reflejado en la película, me contestó que él es así y que nada puede cambiar”.
¿Cómo fue el proceso de creación de El Otro desde el punto de vista del director y fotógrafo?
Es un documental que comienza estrictamente desde la fotografía fija y luego se desplaza naturalmente a la imagen en movimiento y el sonido. Considero que es un documental cuya narración fue íntegramente determinada por la imagen, y yo creo que tiene que ver con mi formación como fotógrafo. El proceso total tomó 8 años, en etapas entremezcladas de Pre-producción, investigación, Rodaje y Montaje.
¿Tenías una propuesta fotográfica al iniciar el rodaje?
No siento que haya tomado una determinación previa, consciente, en lo estético o técnico. Más bien me parece que fui improvisando en la medida de las posibilidades que me entregaba el lugar, el personaje y mi propia manera de enfrentar la imagen, le podría llamar, mi estilo natural. Utilicé, como en todos mis acercamientos, una pléyade de referencias ya incorporadas conscientes o inconscientes de todos los referentes que nombré antes.
Venías de la foto fija ¿cómo fue la experiencia de dirigir y fotografiar imagen en movimiento?
Fue una experiencia muy natural y poco forzada. Solo tenía que armar el cuadro a la espera que las cosas sucedieran espontáneamente delante de la cámara. Ayudó mucho todo el tiempo de “investigación”, conociendo no sólo al personaje sino que a su entorno, ya que podía anticiparme a sus desplazamientos rutinarios y al comportamiento de la luz al interior de la cabaña y los alrededores.
La creación de la película siguió su propia ruta “El proceso fue determinado por las necesidades particulares de esta película. Los dos primeros años consistieron de un proceso muy personal, hecho en solitario, que me gusta describirlo como un proceso de investigación grabada (y mucho de ese material quedó finalmente en la película) y después, cuando se sumó el equipo de Juntos films, pudimos, de a poco, ir conformando guiones y así, estrechando las posibilidades en busca de una estructura. Esta estructura apareció finalmente, y después de mucho trabajo, en el montaje -que se desarrollaba en paralelo mientras seguía visitando y grabando al personaje-”.
¿En qué etapa armaste la estructura narrativa?
Si bien ya tenía, de manera intuitiva, más o menos clara una estructura narrativa en mi cabeza, esta sólo pudo realmente consolidarse durante el proceso de montaje, luego de meses de ensayo y error y con mucha ayuda y compromiso del equipo completo. El proceso de montaje duró aproximadamente dos años, y fue realizado junto a Javiera Velozo y Francisco Hervé. Además, contamos con la gran Marta Andreu como asesora. Para mí fue una experiencia novedosa y muy reveladora con respecto de los alcances y posibilidades del montaje al servicio de la construcción del relato y de las capas necesarias para ahondar profundamente en el personaje.
¿Qué equipo de cámara, óptica usaste?
Empecé y terminé con lo que tenía a mano, una Nikon D610 HD y un lente Nikon 35mm 1.4 manual, más un ND Variable y 100 asas, sólo algunas veces 600 asas”.
La grabación de las imágenes submarinas fueron grabadas con una GoPro “es la única cámara que se mueve en la película, necesitaba reforzar la idea de estar en otro espacio, en otro universo del personaje».
Radiografía fotográfica
¿Cuáles son tus maestros/as de la Luz?
Aprendí mucho leyendo a Almendros y viendo trabajar a Tito Ríos , Curtalone, Hoppe, Luis Poirot, Paz Errázuriz.
Óptica favorita
Manual y sólo utilizo un lente 35mm para todas mis cámaras y series.
Estilo de encuadre preferido
Preocupado de los bordes y cómo harán viajar y recorrer el cuadro para subrayar el centro.
Foto fija o cine?
La que sea más cómoda y eficiente para contar lo que quiero.
Color o blanco y negro?
Blanco y negro
Academia o intuición?
Poner en práctica la academia a través de la intuición.
Claudia Serrano
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